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11 y si se separa, quédese sin casar o reconcíliese con su esposo. El esposo, por su parte, no debe divorciarse de su esposa.

12 A los demás les digo yo, ya que esto no lo ha ordenado el Señor: Si un cristiano tiene una esposa que no es creyente, y ella desea continuar con él, él no debe divorciarse de ella. 13 Y si una cristiana tiene un esposo que no es creyente, y él desea vivir con ella, que ella no se divorcie de él.

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